The Witcher

The Witcher
FUENTE: Wikipedia
Decir que la serie The Witcher es la versión televisiva de los libros del polaco Andrezj Sapkowski, protagonizados por Geralt de Rivia, debería ser suficiente para verla. No obstante, es frecuente que determinadas historias o sagas fantÔsticas no sean devoradas por estos lares por parte del gran público hasta que un gran éxito cinematogrÔfico o televisivo, principalmente, anglosajón, es lanzado con una estupenda campaña de marketing; motivo por el cual vale la pena poner en antecedentes a muchos lectores para recomendar tanto la serie como las novelas.

La serie polaca recoge los relatos que aparecen en los dos primeros libros de la saga de Geralt: El Ćŗltimo deseo (The Last Wish, 1990) y La espada del destino (The Sword of Destiny, 1992), presentĆ”ndonos, cronológicamente, cómo se desarrolla la infancia del brujo y su transformación en el mutante que es para hacer lo que hace. 

El Lobo Blanco, como también se conoce a Geralt, es un asesino a sueldo de monstruos tales como vampiros, basiliscos o mantícoras. Su misión es proteger a los seres humanos, aunque posee sus propias reglas; de hecho, hay criaturas a las que jamÔs mata, como a los dragones. En sus aventuras se encuentra en medio de intrigas, enfrentamientos y hechizos, en una historia siempre repleta de referencias a las leyendas de la vieja Europa. De una u otra forma, podemos reconocer a Blancanieves o intuir las alusiones a Cenicienta en varios episodios de la serie; aunque para encontrarnos con la sirena enamorada de los cuentos de Andersen, no nos quedarÔ otra que leer los libros.

La producción televisiva, formada por 13 episodios, estÔ protagonizada por Michal Zebrowski, que defiende un personaje imponente de una forma que sorprende, sobre todo, por la complejidad que caracteriza la personalidad del protagonista. Una hermosa fotografía y una hipnótica banda sonora enmarcan una serie que vale la pena recomendar a pesar de las malas críticas que ha recibido, la mayoría de las veces haciendo referencia a los monstruos de goma o cartón piedra, olvidÔndose que, tal vez, ese escaso presupuesto le da mÔs mérito al resultado final.

Cierto es que cambian algún que otro detalle de los libros, y que algunas criaturas parecen por completo de serie B; sin embargo, si el primer par de capítulos consigue acuciar su interés, terminarÔ viéndola entera, disfrutando de esos bosques, preguntÔndose muchas de las cosas que se pregunta Geralt, y buscando un poco de esperanza en un mundo hostil donde, la mayoría de las veces, los humanos son los auténticos monstruos.

El Ćŗltimo deseo
FUENTE: Alamut
Seguramente, habrĆ” un pĆŗblico acostumbrado a las grandes producciones, escandalosos efectos de sonido y sucesión de imĆ”genes a una velocidad pasmosa, a los que los capĆ­tulos les parecerĆ”n lentos y con menos acción y violencia de lo que les gustarĆ­a. No obstante, confieso que esa es precisamente una de las caracterĆ­sticas que mĆ”s me ha gustado de esta adaptación. EstĆ” filmada recreĆ”ndose en cada escena, con el tiempo necesario para que un diĆ”logo fluya y  sea creĆ­ble, confiriĆ©ndole ese aspecto de oscuro cuento de hadas y tenebrosas leyendas en los ancianos bosques europeos que destila la obra de Sapkowski.

Por si fuera poco, la serie consigue que uno vuelva a leer los libros, editados por Alamut, con la traducción de José María Faraldo y las estupendas ilustraciones de Alejandro Colucci, y vuelva a quedar cautivado por Geralt de Rivia y Yennefer. Únicamente eso debería bastar para reconocer que vale la pena ver The Witcher, mientras esperamos que se animen a hacer una nueva versión que esté por completo a la altura de la obra del escritor polaco, aunque ya les digo que, a mí, eso me parece imposible.

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